Cocaína e infarto.

Es cierto que las enfermedades cardiovasculares ocupan un alto rango de afectación en todo el mundo y, adecuadamente, se han relacionado con enfermedades como Diabetes Mellitus, Dislipidemias de índole familiar, trastornos del metabolismo de lípidos, sedentarismo, Obesidad y otros padecimientos, sin embargo una causa que no se toma mucho en cuenta por su contexto socio-económico-cultural es el del consumo de drogas y específicamente de cocaína. Se ha determinado que éste flagelo azota a millones de personas no solo en los países desarrollados sino que el embate en los países tercermundistas es agobiante.

La cocaína aumenta el riesgo de un ataque cardíaco 24 veces más que en una persona que no tiene ésta adicción. Se sabe que la droga provoca el aumento de un mediador bioquímico llamado Adrenalina que posee, entre otras actividades, el de provocar vasoconstricción y por ende elevación de la presión arterial. La acción de la droga también estimula a la producción de Hematíes por lo que la Sangre se hace más viscosa y existe una mayor cantidad de sustancias que favorecen la coagulación de la misma.

Con todos estos cambios hemodinámicos en el organismo del adicto, el Corazón ya acelerado, trabaja aún más ante unos vasos previamente estrechados en su calibre, en esos casos la bomba cardíaca se puede agotar y sobrevenir el Infarto. Siempre hay que recordar que las drogas, de cualquier tipo, pueden causar la muerte por infinitas variantes.

Acerca R.A.L.P.

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