Bacterias como almacenes de información.

Fue en 2011 cuando investigadores del Instituto Tecnológico de Massachutsetts lograron almacenar información en un microorganismo, la famosa bacteria Escherichia coli, convirtiéndola en una especie de memoria USB de 90 gigas de capacidad. Se trata de un sistema basado en una codificación que permite reducir el tamaño de la información al ser introducido en el microorganismo, en forma de ADN modificado. Considero que este hecho es muy importante ya que una forma viviente, fácil de leer, recargable y estable, sería de gran utilidad para vigilancia médica, incluso, medioambiental. Esta especie de “cintas bacterianas” podrían almacenar información sobre exposiciones químicas y otros eventos en su ADN. Esto sería muy útil para monitorizar los niveles sanguíneos de azúcar, colesterol, trigliceridos, así como las condiciones internas del Aparato Digestivo, efectos de nutrientes y sustancias tóxicas que ingerimos día con día.

También podrían ser útiles estas bacterias modificadas en la Detección Temprana de afectaciones colónicas (Colítis, Neoplasias, Infecciones, etc, etc). Esto es un paso clave para entender los intrincados mecanismos de modificación genética que apenas se han estado dando a conocer a la luz pública. Al parecer los estudios siguen su camino y esperamos nuevas noticias de tan relevante investigación.

Acerca R.A.L.P.

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