Existen durante la Historia de la Medicina, muchísimas referencias a las alteraciones orgánicas – háblese de enfermedades- y su relación con la Mente. En términos muy generales podemos decir que un gran número de padecimientos han estado relacionados a esta interacción: Neurodermatítis, Colítis Inespecíficas, Cefaleas, Vitilígo, Psoriasis, Vértigo Psicógeno, etc, etc. En la actualidad gracias a los avances en Genética, Biología Molecular, Inmunología y otras ramas excepcionales de las Ciencias Médicas, cada vez comprendemos y encontramos más interrelaciones entre diversos factores y la presencia de determinada patología. Uno de estos casos es el Asma. En la actualidad, dicho padecimiento no se debe sólo considerar como una Neumopatía Crónica Reversible, o un trastorno crónico, inflamatorio de las vías respiratorias en el que intervienen muy diversas estirpes celulares así como sus mediadores bioquímicos, dependiendo de la interacción de agentes ambientales (contaminantes, humo de cigarro, etc), biológicos (virus, bacterias, alérgenos de diversa índole, etc), sino un complejo síndrome en el que se encuentra , de una u otra forma, alterada la respuesta genética, inmunológica, endocrinológica y neural, esto último dado por la interacción de los cada vez más estudiados e importantísimos grupos de sustancias llamados Neurotransmisores, sin embargo, un factor que apenas se ha tomado en consideración y que los clínicos lo observamos con más frecuencia es la relación de éste padecimiento y las condiciones psicosociales en las que se encuentra inmerso el paciente.
Es un hecho por demás relevante, tanto en la consulta institucional como en la privada, los casos de niños, adolescentes y algunos adultos jóvenes que presentan éste padecimiento con una fuerte asociación a situaciones o problemas emocionales, debemos hacer mención que, en estos casos, la enfermedad NO es la causante de tales alteraciones, sino que el estado psicosocial se encuentra reflejado en la sintomatología respiratoria: abandono, negligencia, maltrato físico y emocional, explotación infantil y abuso sexual son las causa más importantes relacionadas con ésta modalidad de etiopatogenia. Hemos observado y tratado con la ayuda de profesionales en el campo de la Psicología, numerosos casos de pacientes que son hijos de madres solteras, niños abandonados con tíos, abuelas, vecinos y en el mejor de los casos, en guarderías, niños que son explotados en trabajos mal renumerados, niños que se ven obligados a pedir limosna en las calles, niños y adolescentes de ambos sexos que han sufrido abuso sexual, generalmente por personas allegadas a la familia, e incluso, adultos que en sus recuerdos se encuentran episodios traumáticos de diversa índole que actúan como espinas, haciendo que desarrollen síntomas respiratorios.
Ha sucedido que con el simple cambio de medio, el paciente o la paciente sorprendentemente reaccionan de una forma por demás favorable, incluso sin la necesidad de medicación alguna. Hace algunos años, un conocido psiquiatra decía que el Asma era “…..una necesidad de decir ¡aquí estoy!, ¡existo!, ¡háganme caso!….”, la respiración silbante del asma ha sido comparada al grito solicitando a la madre, se ha considerado que la personalidad asmática puede ser, en algunos casos, definida como “preoral” o “respiratoria” cuando la fijación en la madre antecede a todas las demás relaciones y si es tan vital y de naturaleza inmediata que aún la separación breve, si amenaza con ser permanente, es tomada como potencialmente fatal. Cuantas veces nos hemos encontrado con él o la paciente que ha sufrido una crisis asmática después de una discusión entre los padres, una golpiza o bien mayor atención dirigida hacia otro hermano. Un interesante caso es el de aquél paciente que actúa chantajeando a la familia -padres- de desencadenar sintomatología asmática si no obtiene lo que quiere (generalmente juguetes, dulces o convivencias).
La sociedad debe de velar por el bienestar de sus miembros -algo en realidad por demás utópico-. Si continuamos siendo una sociedad enferma, los miembros de la misma seguiremos sufriendo el impacto del Stress y las condiciones desfavorables que rodean a nuestro organismo. El Asma, como muchos otros trastornos en la actualidad, puede ser considerada una respuesta a estas condiciones.