La ingestión cada vez más frecuente de Edulcorantes en los pacientes diabéticos, principalmente del Tipo 2, NO HA PROBADO SER EFICAZ puesto que no tiene ningún efecto sobre la Resistencia a la Insulina, de manera que no modifica los factores de riesgo para desarrollar Diabetes, y una vez establecida tampoco parece tener algún alcance sobre la Hiperinsulinemia ni sobre la Hiperglicemia y mucho menos sobre la Hemoglobina Glicosilada. En la Ateroesclerosis, debido a que no modifica el perfil aterogénico de los Lípidos, los Edulcorantes no tienen ninguna influencia. Finalmente, en la Obesidad, por lo menos en la reducción de peso ha habido reportes discordantes de que no solo NO ayuda a disminuir de peso, sino que en algunos casos muchos nutriólogos no los recomiendan ya que favorecen el consumo de bebidas gaseosas y de otras de tipo hipercalórico e hiperglucémico, por lo tanto, al no controlar la obsesión ni la complusión psicológicas, propicia el aumento de peso.
Lo que si podemos decir con seguridad es que estas sustancias constituyen un gran negocio dentro de la industria alimenticia puesto que venden millones de dólares anualmente pregonando una falsa realidad.