Hace ya algunas semanas, un extraviado ex-político mexicano se dio a la tarea de comunicar su intención de promover el libre cultivo y manejo de esta extendida droga. Cualquiera que fuese su motivación, este individuo DEBERIA conocer los efectos perjudiciales de tan mencionada planta. Estos son solo algunos de los efectos MAS QUE PERJUDICIALES en el organismo humano que provoca tan defendida hoja: Taquicardia, la cual puede ocasionar Infarto Agudo del Miocardio a los consumidores suceptibles tales como hipertensos, hipercolesterolemicos, diabéticos, etc, etc, Hiperrreactividad Bronquial que con el paso de los años se puede transformar en Bronquítis Crónica, a nivel otorrinolaringológico, podemos encontrar Rinítis Mixta, de predominio Irritativo, así como Sinusítis.
Se ha concluido que el humo de la marihuana contiene de 50 a 70% más sustancias dañinas que el mismo humo de cigarro. Un “porro” puede provocar el mismo daño que fumarse 5 cigarros uno tras otro. Desde el 2008, científicos australianos han demostrado que esta droga puede provocar muy diversas anomalías a nivel cerebral, ya que su principio activo, conocido como delta-9-tetrahidrocannabinol (THC), tiene la propiedad de fijarse a los receptores cerebrales y provocar muy diversos trastornos tales como Incoordinación Motriz, Somnolencia, estados depresivos, Ansiedad, Psicosis, inicio de estados esquizofrénicos y exacerbación de los mismos hasta llegar a estados suicidas. En la esfera genital, en el hombre puede ocasionar anormalidades en los espermatozooides, traducido esto en Esterilidad Temporal o Permanente, en la mujer, altera los ciclos menstruales con el consabido trastorno hormonal. La marihuana es una de las escasas drogas que afectan la Mitosis (División Celular), por tal motivo los hijos de las adictas, generalmente son prematuros, de bajo peso y con inmadurez pulmonar. Existe una mayor tendencia de estos niños a presentar incidencia importante de Leucemia.
No cabe duda que algunos políticos mexicanos consumen este tipo de drogas desde hace mucho, mucho tiempo, he ahí la razón de su notable estupidez.