El presente libro, obra de la Nutrióloga Muñoz Jove y del Cardiólogo Díaz de la Vega, nos lleva por los tan comentados campos de la Nutrición y su impacto en nuestro órgano cardiáco, así como esos canales de transporte que se conforman en Arterias y Venas. De una manera más que asequible, los autores nos exponen diversos tópicos concernientes a estos 2 importantísimos y profundamente ligados temas, así nos encontramos que al mencionar el enorme espectro de las Enfermedades Cardiovasculares, se puntualiza en el fenómeno de la Arterioesclerosis como consecuencia de una mala nutrición así como de una falta de control adecuado en los niveles de la Presión Arterial, sin olvidar, desde luego, la carga genética del enfermo. Consideradas como las principales causas de muerte en países desarrollados y ahora en los llamados “emergentes” (¿¿¿???), estos trastornos implican una serie de fenómenos complejos y no completamente comprendidos y estudiados en su totalidad que han causado la muerte de millones de personas en todo el mundo, así revisamos la acción del Colesterol, Acidos Grasos de diversos tipos, Carbohidratos, Proteínas, Fibra, Alcohol y, por consiguiente, el contenido de calorías en nuestra dieta.
Un breve capítulo concerniente a la ya famosa Dieta Merditerránea llama nuestra atención, sobre todo por el interesante estudio que llevo a cabo el investigador yankee Ancel Keys a fines de los 60´s y principios de los 70´s en donde se demostró el gran beneficio de esta dieta en los habitantes de esta región en contraparte con la poco saludable y mundialmente famosa forma de comer del pueblo yankee. La acción del aceite de oliva en nuestro organismo también es comentado. Considerado como “El Oro Verde” es una magnífica y salutífera fuente de Acidos Grasos Monoinsaturados y Antioxidantes. Su efecto es disminuir las concentraciones séricas de Colesterol y elevar los niveles de HDL, el llamado “Colesterol Bueno” y disminuir las del HDL el conocido “Colesterol Malo”, además de sus benéficas proporciones de Acido Oleico y Linoleico, así como de Vitaminas A, E, C y otras, imprescindibles para la adecuada funcionalidad de nuestro Sistema Cardiovascular. En relación al consumo de vino, los autores resaltan el gran beneficio de de esta ancestral bebida en nuestro cuerpo, de manera general, es recomendable la ingesta de vino tinto ya que es sumamente rico en Polifenoles, Taninos, Flavonoides, Riboflavonoides y, sobre todo en Resveratrol, sustancia de alto poder antioxidante y que eleva los niveles de HDL.
Estas nobles sustancias tienen una función importantísima: mantener la integridad celular, evitar el rompimiento de la membrana de la célula y por ende, previniendo la destrucción de los tejidos. Sale sobrando que comentemos que el vino se debe ingerir con MODERACION. Llegamos a las recomendaciones para obtener y mantener un corazón sano y aquí los autores se enfocan a las 2 principales formas de preparación de los alimentos: mediante la utilización de Métodos Secos y Húmedos lo que se traducirá, en resumidas cuentas, en alimentos cardiosaludables……….